¿Qué ocurrió en el Centenario?



Durante los festejos del centenario, Buenos Aires se convirtió en un escenario, con sus avenidas iluminadas, espléndidos edificios públicos, grandes palacios que impresionan a distinguidos viajeros. Con ansias de representar una tradición nacional y una identidad ciudadana, la celebración unió el modelo visionario de la elite gobernante desde 1880 y la obra colectiva de una comunidad argentinizada desde sus múltiples orígenes, es decir, la inclusión de los inmigrantes como ciudadanos de la nación argentina. Durante los festejos se realizaron exposiciones, congresos, se inauguraron monumentos que representaban el ritual de cultura y progreso indefinido, cuyo nacimiento se imaginaba en la Revolución de mayo.
Esta sociedad con claroscuros y tensiones, elegía al radicalismo y al socialismo como su legítima alternativa al régimen conservador. Se buscaba la inclusión en prácticas ciudadanas democráticas, concretadas en la Ley Saenz Peña de 1912.
Anarquismo y socialismo, junto al sindicalismo revolucionario, representaron las tendencias ideológicas de un gran sector del mundo laboral, expresadas en periódicos como La Protesta y La Vanguardia. Dentro de esta década, en noviembre de 1902, se da la “primera huelga general”, del movimiento obrero argentino. En el marco de un proceso de lucha de los estibadores del puerto de Bs.As., de los obreros del Mercado Central de Frutos, los conductores de carros, las alpargateras, etc., la Federación Obrera Argentina (FOA) convoca a esa huelga.También en 1909, en la llamada Semana Roja, una concentración convocada por la FORA, había sido violentamente reprimida con un saldo de once muertos y cientos de heridos. La FORA, la UGT y los sindicatos autónomos declararon la huelga general. Trescientas mil personas acompañaron a los asesinados. La policía nuevamente reprimió y ocasionó varios muertos. El ejército y la policía acompañados por bandas nacionalistas, “niños bien” de la burguesía, se lanzan sobre los barrios obreros, asaltan e incendian círculos culturales, bibliotecas y locales obreros, para quebrar la organización y romper el movimiento. Estos sectores “ordenados” (inmigrantes europeos), en primer instancia, por la Ley de residencia de 1902, y luego por la Ley de Defensa Social de junio de 1910 y el estado de sitio, fueron reprimidos, deportados o apresados. Su prensa fue silenciada y sus locales, clausurados, al ser calificados en esos tiempos del Centenario como un peligro para la nacionalidad.

Imagenes de los "festejos" del Centenario