Precarización educativa

Los años de la Precarización educativa 

Más del 35% de los trabajadores de la argentina se encuentran en situación de precariedad. Es decir, realizan sus tareas sin contar con la protección de los derechos laborales y salariales estipulados por las leyes del país. Este proceso de “precarización” también se puede aplicar a lo que ocurre en las escuelas públicas.
Días atrás una noticia recorrió distintos medios de comunicación: “la escuela de Educación Media Nº 12 "Cataratas del Iguazú" de Moreno emitió un comunicado interno en el que pide a sus docentes "seleccionar cuidadosamente los criterios de evaluación que adoptarán al cerrar los promedios del segundo trimestre".
Detalla que es necesario recordar que se perdieron muchos encuentros con los alumnos debido al mundial de fútbol, a paros docentes, a la inasistencia de docentes por otras causas y a la rotación por falta de suministro eléctrico. Por este motivo, "para no perjudicar la trayectoria escolar de los estudiantes se sugiere no cerrar promedios inferiores a 7 (siete) ya que no se han garantizado las condiciones necesarias para el normal dictado de clases".(Diario La Nación, 27-8-2014)
Fueron muchos los comentarios que expresaron su sorpresa e indignación, el subsecretario de Educación bonaerense, Néstor Ribet, dijo en el canal de noticias TN: "Desautorizamos totalmente el contenido de la nota. Los alumnos deben ser evaluados, haya habido o no motivos para perder clases. El que sea el resultado de las evaluaciones debe ser el que se le ponga al alumno". Enfatizó: "Se debe evaluar con total responsabilidad".
Sin embargo, los que recorremos a diario las escuelas sabemos que esto no es un problema de un directivo ni de una escuela particular del distrito de Moreno. Se trata de una política deliberada de la DGCyE, que se manifiesta en medidas y resoluciones que flexibilizan los criterios evaluativos y los procesos de enseñanza de los docentes, en pocas palabras precarizan la educación pública.
Sobran ejemplos para reconocer este proceso en los últimos años. En la secundaria es cada vez más difícil "evaluar con responsabilidad" como plantea Nestor Ribet. Desde hace unos cuantos años existe un examen adicional en marzo para aquellos estudiantes que se llevan tres materias previas (antes repetían); también existen cursos superpoblados, en ocasiones con más de 40 alumnxs, donde es imposible llevar adelante un proceso evaluativo integral de los estudiantes. En el nivel primario existen normativas para que los alumnos de primer grado no repitan el año y pasen a segundo más allá si existe o no apropiación de los conocimientos curriculares. Y así, podemos seguir citando ejemplos donde el peso del fracaso escolar recae siempre sobre los docentes, señalados como responsables por utilizar estrategias pedagógicas erróneas, aburrir a los estudiantes o no lograr estimularlos adecuadamente.
Bajo el slogan de la inclusión, las escuelas progresivamente se van transformando en guarderías donde el proceso de aprendizaje es totalmente relegado y lo único que importa es contener a los estudiantes dentro de la institución sin importar que actividad realicen (ejemplo de ello es la política de continuidad pedagógica). Además de generar condiciones para aprobar materias sin importar si existe o no apropiación de conocimientos.
Quizás el ejemplo más notorio de esta “precarización” de la escuela secundaria sea el Plan Fines II, que proporciona un tercio de estudiantes que egresan con título secundario. Este Plan no cuenta con ninguna regulación sobre contenidos o calificación de las materias, los estudiantes solo concurren un par de días por semana a cursar y los docentes no cuentan con ninguna regulación estatutaria sobre sus condiciones de trabajo.
Por todo esto decimos que esta es una política de la DGCyE y no un problema de un profesor, maestro o directivo puntual. Al igual que las condiciones de trabajo de muchas personas en este país la escuela secundaria se precariza, las escuelas se han transformado en lugares para contener a niños y adolescentes y el proceso de aprendizaje está totalmente desvalorizado. Con este panorama el futuro no es nada alentador...